La Gota, el modelo Simbiótico se implementa

Ya suenan en los bosques desbrozadoras y maquinaría estamos escribiendo un espacio de historia en un pequeño recinto apícola de la comarca de Torrelaguna, en el norte de la Comunidad de Madrid.

Casi 4000 plantas aromáticas, arbustos fijadores de nitrógeno o de importancia para los polinizadores y árboles repartidos sobre una superficie de casi 7000 m2, con un importante trabajo de optimización de los recursos hídricos para potenciar la resiliencia de la cobertura vegetal sobre una superficie total de casi un hectárea… Este es el sabor de la miel La Gota, la miel comprometida que replanta bosques, que ayuda a los ecosistemas locales ampliando el tejido de servicios ecosistémicos implementando modelos complejos.

A principios del 2014 nace La Gota, con su visión novedosa y su proyecto SIMBIOSIS. Desde entonces hemos trabajado en voluntariado, con instituciones comunitarias, redes locales de desarrollo, universidades y asociaciones para difundir nuestra visión y nuestra esperanza.

Casi 6 años después podemos pretender haber desarrollado y experimentado  a la vez los fundamentos de lo que llamamos : el modelo Simbiótico. 

Como apicultores somos el único eslabón de la cadena productiva primaria quien puede crear una economía virtuosa estableciendo sistemas de producción complejos. Un sistema complejo, es un sistema que integra en su conceptualización: pluralidad y biodiversidad y añade en su ecuación la recreación y potenciación de servicios ecosistémicos como parte de su planteamiento de desarrollo. 

Cuando decidimos retirar colmenas, ceder una parcela de nuestra explotación y varios años de nuestra vida para plantar un bosque, lo que hacemos en un plazo de 10 años es potenciar la productividad de nuestras colmenas y de las de nuestros vecinos*, aumentar la biodiversidad y reforzar la cobertura vegetal de un ecosistema, luchando contra su desertización o desequilibrios. Las abejas pecorean en un radio de 2,3 km, entonces cuando decidimos ceder un espacio productivo a reforzar el monte, en realidad ayudamos el monte y nuestros vecinos apicultores a gozar de un entorno más sano.  

Gracias a este trabajo plantamos cara al contexto de cambio climático global con una respuesta local, concreta, ecoresponsable y EVOlutiva. 

Creemos que no podemos fundamentar un campo sano a base de perfusiones de líneas de subvención que dan una lectura cada vez más intensiva de lo que tiene que ser un sistema de producción. Creemos que la ruralidad ha sufrido con creces la masificación e industrialización de su naturaleza productiva, intentando plasmar la realidad productiva de la sociedad industrial en una cosa más compleja, llena de sinergias e interacciones sutiles : el hecho natural.

Por lo que simbiosis y hacer simbiosis va mucho más allá de producir,  buscar modelos productivos cortoplacistas, o mejorar la racionalización de la producción (y la tentación concomitante:  la racionalización de los espacios naturales productivos), el hecho simbionte nos obliga a interrogarnos sobre nuestra posición en la naturaleza, asumiendo los retos de nuestro siglo y aportando respuestas concretas. Ser desde las circunstancias y fenómenos que nos rodean hasta la percepción que tenemos de ser individuos. 

*En Madrid la apicultura se caracteriza por un mallaje territorial de pequeños productores, al revés de las tendencias nacionales, la cantidad de pequeños productores en Madrid es superior en representación con la parte profesionalizada del sector. Lo cual ha conllevado una escuela de pensamiento a contra corriente, abogando por la diseminación en el territorio de pequeños apiarios que son más respetuosos de los polinizadores silvestres en esto que imponen menos presión sobre los recursos melíferos y poliníferos que apiarios densificados.